Se casaba mi hija Cristina con Enrique.
Nunca he visto una boda con tantos y tantos detalles hacia los invitados y además todos ellos preparados primorosamente por ellos mismos.
La ceremonia fue preciosa emotiva y alegre. el banquete espectacular como siempre en el restaurante "ÁBACO" y como remate final el baile iniciado por ellos con una salsa donde nos unimos todos hasta que las fuerzas flaquearon.
Como no podía ser de otra forma con mucha ilusión y los nervios necesarios me decidí a hacer la tarta nupcial .
La dificultad mas grande fue transportarla hasta Pamplona con una temperatura de 35º y conseguir que todos los pisos llegaran colocados cada uno en su sitio. El resultado fue satisfactorio.
Os voy a contar como la hice.